Robert Shwartzman está disfrutando y arropando toda la parafernalia que rodea a las «500 Millas de Indianápolis».
El ruso-israelí es el primer novato que tomará la salida desde la pole position desde 1996, pero tomó por sorpresa los titulares al hacerlo con un equipo nuevo en la categoría y en la primera vez en la que manejaba a alta velocidad en un óvalo.
A partir de ahí, Shwartzman comenzó a cumplir con todos los compromisos correspondientes, incluyendo una larga serie de entrevistas para cadenas locales y nacionales de televisión, que le dejaron poco tiempo de descanso, y la ordeña de una vaca por ser el novato más rápido de la parrilla.
Aún el jueves, el graduado de la Academia de Pilotos de Ferrari reflexionó sobre el hecho de ser condecorado de tal manera, pese a que el premio mayor está en la mesa el domingo.
Shwartzman, quien comenzó a correr bajo la licencia rusa y, por el conflicto bélico que estalló hace pocos años, se cambió a la israelí, ha sido ecuánime respecto a las situaciones en las dos naciones, limitándose a decir que sólo espera que llegue la paz.
Además, la camaradería que no encontró del todo en el paddock de los Grandes Premios la ha hallado en la IndyCar, tanto del público (al que ha descrito como menos juzgador) como de los pilotos, quienes le han ayudado con varios consejos.
Shwartzman no estuvo del todo contento con el rendimiento de su auto en el Carb Day, donde terminó en el lugar 29.
Si bien buscará mantenerse lo más competitivo posible, no se olvida del principal objetivo, que es aprender de la dinámica de la competencia.
«Tendremos a dos chicos con mucha experiencia: uno que ganó dos veces y otro con muchas ganas de ganar. Con muchísimas ganas. Dos veces a punto de ganar. Sin duda, será un gran reto para mí, pero al mismo tiempo quiero aprender, quiero experimentar y quiero que todo salga bien.
Debe estar conectado para enviar un comentario.